Chispas en la hoguera

domingo, 25 de marzo de 2012

Capítulo 2: Una avería intencionada

Nota de la autora ~> ¡Perdóoooooooon! Lamento mucho haberos tenido esperando por el capítulo tanto tiempo, pero es lo que tiene estar llena de exámenes finales. Pero ya los terminé y aquí tenéis el Cap! Es bastante largo (espero que no os moleste)
El capítulo 3 llegará antes de lo que llegó este.
Espero de todo corazón que os guste, mis amadas/os Submundianas/os :D



¿Larissa?

La palabra se escapó de su boca antes de que pudiera reprimirla. Pensó que la otra muchacha intentaría huir o negarlo, pero le dedicó una deliciosa sonrisa.

Es Lidia, milady. Pronto os acostumbraréis, pasaremos bastante tiempo juntas.

Scarlett se quedó callada dirigiéndole una mirada inquisitiva. No se lo tragaba. Demasiados años al lado de su amiga como para que pudiera engañarla tan fácilmente.
De pronto, sintió la presencia de Kira a sus espaldas y se sobresaltó de su repentina aparición. El híbrido no tardó ni cinco segundos en acercarse a la linda muchacha y colocarle una pequeña y preciosa rosa roja en el pelo.

Lady Jowell, concededme el placer de vuestra conversación..—dijo con una sonrisa absolutamente encantadora.

Lidia Jowell sonrió levemente, pero al instante siguiente apartó a Kira con toda la delicadeza del mundo, hizo una reverencia cogiendo los pliegues de su bonito vestido color crudo y se marchó junto a Dáranir.
Scarlett se quedó cavilando en silencio. Larissa no actuaría así de ninguna manera. Y mucho menos si el chico era tan guapo como...<<¡Ugh! No has pensado eso último, no lo has pensado...>>
Para su sorpresa al girar la cara vio una escena parecida con una persona distinta. Julian traía varios libros amontonados en sus manos y se le cayeron absolutamente todos al ver a Lidia. Balbuceó y se recolocó las gafas para leer, frunciendo el ceño, recogió todos los libros y cuando la muchacha rubia le sonrió se le volvieron a caer.
Scarlett volvió a poner los ojos en blanco y se acercó para ayudarlo a recogerlos.

¿A qué vino esa reacción?—preguntó ella recogiendo un ejemplar antiguo de Criaturas acuáticas mágicas. Se sorprendió a sí misma encontrándose un poco molesta—No es nada típica tuya.
Métete en tus asuntos.—zanjó él la conversación, yéndose casi corriendo intentando no volver a mirar a la guía.

Estaba tensa. Tensísima. Todos sus sentidos le estaban gritando que esa chica no era quién aparentaba ser, pero a parte de ella, ¿quién la conocía allí? Había vivido casi toda su vida en la Tierra como una humana...¡Una humana! Era imposible que fuera su amiga. Tendría que estar convertida en su verdadera forma, la de una ninfa.
La cabeza le iba a estallar de la confusión y más con el idiota pelinegro utilizando sus mejores armas de seducción con la otra, en vano.
Lidia se alejó de ellos después de dirigirles un cordial saludo y recordarles que esa noche partirían para cruzar el Muro de una vez por todas. Scarlett se quedó mirándola mientras se marchaba.

No sabía que había humanas tan bellas.—suspiró Kira arqueando una ceja y dirigiendo su mirada hacia los movimientos que causaba con su cuerpo al andar.—Estoy enamorado.

La última frase puso en repentina alerta a Scarlett, aunque fingió indiferencia.

Eso es porque no es humana.

Kira la miró divertido.

¿Ah, no? ¿Qué es entonces?
Una ninfa.—dijo ella.
Pues que quieres que te diga, pelirroja, mucho aspecto de ninfa no tiene.—rió él.

Scarlett lo miró fijamente. Tenía ganas de discutir, aunque no sabía muy bien por qué.

¡Es ella! ¡Larissa! ¿No recuerdas a mi amiga, la ninfa?
¿La que te acompañaba el día en que te atacaron los licántropos?—preguntó Kira rascándose el mentón.—Pero esta es humana.
Lo sé...No me pidas que te diga cómo, pero creo que se ha transformado de alguna forma. Su físico es el mismo que usaba cuando vivía en la Tierra.

Kira no parecía muy convencido.

Te creo, pelirroja, sin embargo...sabes tan bien como yo que al cruzar el Portal cualquier ente vuelve a su forma original. Y no hay ningún hechizo capaz de volver humano a un ente, es imposible.
Debe haber alguna forma...—terqueó ella.
Créeme, no la hay. Eh, deberías tener en cuenta los doscientos ochenta y cinco años de sabiduría que te llevo.—comentó el híbrido.
Siempre se me olvida.—Kira volvió a mirar en la lejanía a la hermosa guía—Las hormonas revolucionadas aún no se te han ido, ¿eh?

Él compuso una mueca dramática.

Los hombres somos hombres a todas las edades.—las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa perversamente irónica.

Scarlett sonrió, le dio un pequeño golpe amistoso y subió de nuevo al carruaje. Tenían que ir preparándose para cuando el sol cayera.


                                                                      ***


Once de la noche, al otro lado del Muro.

¡Quieeeeeeeeeeeeero pasteeeeeeeeeeeeeeeel!
O te callas, o te comes el libro.
¡Pastel, pastel, pastel, pastel, pastel!
Silencio, renacuajo.
¡PASTEL!
¡QUE TE CALLES!

Dáranir les dirigió una mirada asesina para que cerraran la boca ambos. Iban cuatro en el primer carruaje: el mismo líder, María, Julian y la guía, Lidia.
Esta última se sentaba al lado de Dáranir y parecía poner muy nervioso a Julian.
Había estado rondando por el campamento al otro lado del Muro y revolucionando al personal, aunque no era culpa suya, ya que ella no hizo nada a parte de estar allí. Por lo que habían descubierto, era una chica tranquila, afable y cortés y se conocía Regardezt y las tierras próximas como la palma de su mano. Indicó a los cocheros qué rumbo debían seguir e incluso pasó un rato al lado de ellos por si se confundían en un cruce de caminos. Era muy diligente.
En esos momentos viajaban al lado del Estrellado, un río de gran caudal que llevaba gran parte de su agua potable al reino humano.

¿Por qué Scarlett y Kira tienen que ir en el otro carruaje? ¿¡Y por qué yo con ÉL!?—sollozó María apuntando con un dedo acusador al Elementar del Viento.

Julian se removió nervioso en su sitio y bufó, sin contestar.

¿Esos dos...están juntos?—preguntó Lidia Jowell con una sonrisa curiosa.
¡No!—dijo Julian.

La guía arqueó una ceja sorprendida y las mejillas se Julian se encendieron.

Ella es una Guardiana y él...
¡Y él también!—acabó Dáranir, dándole un puntapié al muchacho.

<<Idiota>> pensó María, suspirando. <<Es idiota y ni siquiera tiene algo de comer>>

No parece tan...disciplinado como un Guardián.—señaló Lidia mirándose las uñas. De pronto alzó la mirada hacia Julian—No tanto como vos, por ejemplo.

Julian volvió a quedarse callado, se apoyó sobre la barbilla refunfuñando para sí, avergonzado.

¡Oh, Lidia, tutéanos!—dijo María cogiéndole las manos entre las suyas, amistosa—E ignora a la rata de biblioteca, ¿sí?
—Omh, de acuerdo.—asintió ella, cruzando las piernas—Sin embargo, el muchacho apuesto sigue sin parecerme un Guardián...es una sensación...curioso, ¿no?

María rió nerviosa.

S-sí...¡muy curioso! E-eh...esto...—no sabía como llevar la conversación hacia otro tema. Si seguían así, descubrirían a Kira.

Un repentino choque los sacó a todos de la conversación. El carruaje se paró de un golpe seco.

¿Qué ocurre?—preguntó María.

Lidia sacó la cabeza por la ventana y frunció el ceño. A continuación abrió la puerta y salió afuera, hablando con el lacayo. Un instante después volvió a asomarse por allí.

Al parecer hemos tenido una avería. Por favor, bajad hasta que lo arreglemos.—pidió con una sonrisa de disculpa.
Claro. Venga, todos fuera.—ordenó Dáranir saliendo el primero.

Mientras tanto, en el otro carruaje...

...y entonces como si nada ¡se le cayeron los pantalones!—contaba Kira totalmente serio.
¡No puede ser cierto!—Scarlett apenas podía contener las carcajadas.
Eh, soy sincero, eso fue lo que pasó. Justo desp...

La puerta se abrió de golpe, apareciendo la hermosa muchacha rubia enfrente de ellos. Les explicó lo de la avería y les rogó que bajaran durante la reparación. Kira se mostró interesado y fue a mirar qué había pasado junto a la pelirroja.
Al parecer, su carruaje no había sufrido desperfectos, pero el que lideraba la marcha y en el cual iban el resto, había perdido una rueda de una forma un tanto misteriosa. Estaba podrida, como si se hubiera incinerado de repente y la madera clara se hubiera vuelto negra como el carbón.

Esto es muy extraño.—Scarlett miró a Lidia—¿Estaba así antes de partir?
Por supuesto que no. Comprobé cada milímetro antes de que os subierais, lady Chevalier.

Scarlett la miró confusa. Era demasiado insólito tener a Larissa tan cerca y a la vez tan lejos. Eso contando con que fuera ella; era una posibilidad a la cual no se había rendido.

Eso es porque se fue pudriendo mientras viajábamos.—sentenció el híbrido con una sonrisa ladeada.
¿Perdón?
No pasa nada, lady Jowell. Por favor, quedaos aquí cerca.—le clavó una mirada azul que derretiría a cualquiera—Si os pasara algo, no me lo perdonaría.
Oh, cielos.

Scarlett bufó y agarró a Kira de la camisa, para poner la cara de él a su altura.

Tú...si sabes qué pasa, dímelo.

El chico sonrió revolviéndole el pelo y susurró contra su oído.

Mira esto.—dijo, entregándole una especie de punta de flecha.
¿Es una punta de flecha, no?
Exacto. Pero no una cualquiera; estaba envenenada. Así que voy a tener una amigable charla con los demonios que están ahí atrás, escondidos y que nos llevan siguiendo desde hace tres días.—mientras más hablaba Scarlett más abría los ojos, pero él parecía la mar de tranquilo—Y mientras tanto, tú te quedarás aquí, cuidando que nadie salga y ni se te ocurrirá intentar seguirme. ¿A que sí?
Ni lo sueñes.
Cloroformo.
Mierda.

Kira soltó una carcajada y le dio un beso en la mejilla, justo encima de dos pecas, que le hizo sonrojarse.

¿De verdad vas a tener una charla con ellos?—preguntó la muchacha.
Claro que sí, pelirroja. Pero si no te importa, antes los mato, ¿de acuerdo?

Scarlett abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar.
Antes de seguirlo, tenía que esperar a que se alejara lo suficiente.



                                                                              ***


Eran unos inútiles.
Dejaban un rastro fácilmente reconocible desde lejos, por lo que había dejado que los siguieran desde lejos esperando a ver como reaccionaban. Su hermano había mandado a la chusma para advertirlos de que estaban vigilados. Fabuloso. Sin embargo, suponían un problema, que la pelirroja pululando por detrás de él no ayudaba a solucionar. Y la pobre pensaba que no se había dado cuenta de su presencia. Humanos...

Vamos, chicos, somos como de la familia...—siseó Kira encogiéndose de hombros. Notaba el filo de sus dos espadas en la espalda y el de una daga en su pantalón.—Dejad de mirar desde los rincones, es de mala educación.

Un gruñido fue lo único que le llegó de respuesta.
<<Así que además de débiles, cobardes. Te has lucido, Norian>>

Entendido, entonces supongo que me toca buscaros.

Sacó una de las espadas con cuidado. Unas sombras se comenzaron a mover inquietas entre los árboles del bosque, llenos de la oscuridad nocturna por todos los rincones. Así que, a pesar de todos, querían atacar ellos primero.
 
No le dio tiempo a pensar más, porque dos figuras aparecieron de la nada corriendo a una gran velocidad alrededor de él. Kira estaba callado, analizando la situación mientras que los dos demonios corrían cada vez a más velocidad y cercando más el círculo. Intentaban asfixiarlo.
El híbrido puso los ojos en blanco, guardó la espada y se quedó mirando fijamente el remolino que se formaba en torno a él. Al captar una figura nítida, introdujo la mano con avidez y agarró un cuello fornido y pálido. La otra figura seguía corriendo, pero la ignoró a pesar de estarse quedando realmente sin aire.

Pero mira tú por dónde, si son dos encantadores demonios inferiores. ¿Para qué os envía mi querido hermanito?—El demonio lo escrutó con dos pequeños ojos amarillos. El cuello se le estaba poniendo morado de la presión—Supongo que no es para tomar el té.

Cuando el otro demonio paró de correr de forma repentina e intentó atacarlo por la espalda, sacando los colmillos, Kira se giró y usó la cabeza del primero para chocarla contra la del segundo. Rió al escuchar el golpe.

Sucio monstruo.—escupió el primer demonio, de pelo rubio platino que le caía por la espalda en una melena lisa. Tenía el rostro demacrado y era excesivamente delgado. Por su olor parecía salido de la pocilga más cercana.

Kira le pegó una patada en la cara que le dejó con la nariz sangrante.

A ti te recuerdo. ¡Sí! Eres esa escoria que mi madre no destruía por un motivo desconocido. Te han sentado muy mal estos siglos, eh, amigo.
¡NO NOMBRES A MI SEÑORA EN VANO, ENGENDRO!—gritó furioso avanzando hacia él.

Kira sacó con un rápido movimiento la espada que llevaba al lado izquierdo de la espalda y le cortó un brazo de un solo tajo. El demonio gritó y cayó al suelo, al tiempo que la sangre negra corría por la hierba oscurecida por el color de la noche.

Veo que aún le tienes lealtad.—comentó el híbrido, sonriendo—Los perros más destrozados y viejos suelen ser los más leales, aunque ahora tu fidelidad debería pertenecerle al nuevo Demonio Supremo...
Rakniss es...es leal al Amo.—dijo escupiendo sangre—¡PERO TÚ MORIRÁS ESTA NOCHE!

Cansado de tanta charla sin sentido, tiró al suelo al otro demonio, desenfundó ambas espadas y puso una en cada cuello.

La cosa está así, Rakniss y compañía.—comentó Kira—Vosotros me decís por qué queréis impedir que lleguemos a Regardezt y yo os dejo marchar tranquilamente a hacer lo que queráis.
¿Y qué harás si no te lo decimos?—preguntó el otro demonio.

Kira fingió una mueca de sorpresa.

Pues pediros disculpas y marcharme, por supuesto.
...

El muchacho de ojos azules soltó una risotada.

¡Pues claro que no, imbécil! Os mataré a ambos.
¿Y de qué nos serviría contártelo? Si no nos matas tú, lo hará Él.
Norian—Kira se tomó una pausa para ver las caras de terror que ponían al escuchar su verdadero nombre—Norian no puede salir del Inframundo, no sé a qué teméis.

El demonio de ojos amarillos rió, primero levemente y luego a grandes voces.

Así que no lo sabe...

El híbrido comenzaba a perder la paciencia.

¿Qué no sé?
Pronto se completará la Resurrección. El retorno está cerca.
Eso es imposible, necio.—objetó Kira frunciendo el ceño y acercando un poco más la espada a su cuello—Fue sellado hace casi 300 años, perdió la mayor parte de su alma y su fuerza. No puede retornar, necesitaría...
¿El valor de mil vidas?—se carcajeó el demonio.

Kira se enfureció y vio como la garra que sostenía esa espada empezaba a crecer y miró casi sin darse cuenta como lo degollaba. La sangre le saltó hasta la cara, mas no se inmutó.

Tú. Dime qué es lo que hay en Regardezt que no quiere que encontremos...o a quién.
Mil muertes por una vida...mil almas mortales por un alma inmortal...—susurró Rakniss con una sonrisa—mil destrucciones por una resurrección... Ya llegan... Todos moriréis...

Kira sintió como su cuello estallaba a la vez que él se lo rompía. No solo sus manos se habían transformado, ahora también se iba extendiendo por los brazos hasta llegar al pecho y su piel dejaba de ser pálida para volverse negra. No tenía por qué estarse transformando. Los colmillos salieron de sus encías provocándole un dolor punzante. Los músculos se le tensaban y su furia crecía. Algo no iba bien. No debería transformarse, no por esa chusma, no sin un motivo.

¿Ki...Kira?—susurró una voz conocida a su espalda.

<<Lo que faltaba>>

Márchate.—su propia voz le sonó áspera.
¡Santo cielo, te has transformado!—gritó la muchacha echando a correr hacia él.
¡MÁRCHATE!—repitió él en una especie de gruñido histérico.

Scarlett frenó en seco.

Vamos, tienes que volver a cambiar...—le susurró.
No.
¿Qué?
¡NO PUEDO HACERLO!

Se dio la vuelta furioso, encarándola y pudo leer en sus ojos el terror. Debía ofrecer un espectáculo lamentable, lleno de sangre negra, con la ropa rota por la transformación y convertido en un monstruo. Al menos no le habían salido las malditas alas.

Tienes que intentarlo.
Te mataré.

No sabía por qué lo había dicho, pero lo que sí sabía es que no le faltaba razón. Sentía unas inmensas ganas de destrozar a cualquier ser vivo que estuviera cerca de él.

No lo creo.

Avanzó un par de pasos hacia Kira. Él intentó alejarse, mas ella se apresuraba cada vez más rápido a acercarse. No le gustaba estar cerca de ella, no solo porque tenía la certeza de que si se tocaban acabaría por descuartizarla y es más, disfrutaría con ello, si no porque podía ver como la chica temblaba de miedo.
Elevó sus manos en dirección a la cara -o lo que fuera en esos momentos- de Kira y un segundo antes de que él se dispusiera a soltarle un mordisco, lo agarró suavemente por las mejillas.
El demonio se quedó perplejo en el sitio.

¿Ves? Todo está bien.—¿por qué lo estaba consolando?

Sintió una especie de calidez por dentro al ver una sonrisa instalada de nuevo en su rostro de mejillas sonrosadas.

Te dije que no vinieras.—contestó la voz de Kira, de nuevo humana.
Sí, pero yo no recuerdo haberte dicho que no vendría.—dijo Scarlett limpiándole la sangre de las manos con la tela de su camisa.
¿Cómo lo has hecho?
¿Uhm?
Me has vuelto a transformar.
Yo no hice nada, fuiste tú.

Kira asintió, sin embargo, tenía la total certeza de que si esa chiquilla no hubiera estado allí, no hubiera podido cambiar de nuevo a su forma humana. Y eso era un problema. Nunca le había pasado...¿por qué no podía controlar sus mutaciones? ¿qué diantres lo había provocado?

Lo has visto. Has visto como los mataba, ¿cierto?—preguntó él apartando sus manos de la camisa de ella.
Ajá.
Te veo muy despreocupada.
Bueno, tengo que ir acostumbrándome. Si Norian planea comenzar una especie de guerra con ese ejército que está guardando, las muertes estarán a la orden del día. Y además...—le dio un codazo amistoso—esos eran de los malos.

Kira arqueó una ceja y se agachó para darle un beso en la frente. Ella reaccionó justo como él esperaba, sonrojándose hasta la raíz del cabello.

Por cierto, ¿de qué iba eso de las mil vidas? No entendí muy bien...
Mejor.—la cortó Kira—Debemos llamar a alguien, no estamos lo suficiente informados.
¿A quién?
Pero...no he tenido contacto físico con él desde hace años...no podré hacer el hechizo...maldita sea...
¿Hechizo? ¿De qué hablas? ¿A quién debemos llamar?—Scarlett pasaba las manos por delante del muchacho, mas este estaba ensimismado.
Él podría venir aquí...sí...no en persona, pero...¡sí! Espera. No.
¡KIRA! ¿¡Qué pasa!?—gritó Scarlett plantándose delante de él.

El híbrido la miro con una sonrisa ladeada y recogió las dos espadas del suelo, guardándolas de nuevo.

Tú podrías ayudarme. Creo estar en lo cierto al afirmar que has conocido a Gales, ¿verdad?

viernes, 16 de marzo de 2012

Novedades sobre Corazón de fuego

¡QUIETO/A! Baja el hacha de guerra, no me decapites, ¡si no no puedo escribir!
Puede que me merezca el hachazo, sé que ha pasado mucho tiempo desde que publiqué el Capítulo 1 y que estáis esperando por el segundo, pero estas son las llamadas "Malditas semanas de exámenes finales" y estoy algo estresadilla, por no decir mucho. No he tocado el ordenador en 3 o 4 días así que no pude avisaros antes, mas publicaré cuando pueda. GRACIAS AL CIELO ES FIN DE SEMANA, así que si los Dioses del Submundo son benévolos, podré subir el capítulo el sábado o el domingo.


Si queréis un adelanto os diré que ya hay sangre y muerte. ¡Yeah! ¿No queríais acción, eh? Pues tomad acción.
Bueno, bueno, Gaby, relájate. No es que haya mucho movimiento, pero eso sí, tendréis vuestra dosis de muerte.


Adelanto-medio-SPOILER: Venga, ¿a quién no le apetece volver a ver al Kira sádico y demoníaco, eh?


Lidia Jowell seguirá dándonos qué pensar...Scarlett comienza a tener dudas...¿es en realidad Larissa? Pero sus personalidades parecen distintas....¿quién diablos es?


NOVEDAD: Parte del capítulo está contado desde el punto de vista de María. 


¡Besos Submundianos!


Gaby T.P.