Chispas en la hoguera

miércoles, 5 de junio de 2013

Capítulo 16 [Parte 1]: Nuevas alianzas

Nota de la autora ~> ¿¡Qué ven vuestros ojos!? ¡Oooooh! Sí, sí, ya subí. ¿Depués deeeeee...? Mejor no llevar la cuenta. Este capítulo lo divido en dos partes, pero la segunda la tendré antes de lo que tuve esta, seguro. Cuando acabe junio empieza el verano, así que tendré MUCHO más tiempo libre. ¡Horror de exámenes finales, jesús! 
Y es el primer capítulo en el que pongo un gif. ¿Mejor gifs o fotos? A mí personalmente me gustan más los gifs por eso del movimiento y tal, pero como queráis vosotros. 
Por cierto, si no pilláis lo último que dice María, tranquilos, es normal, ya se explicará con detalle próximamente. ¡AH! ¿Y leéis bien la letra? Si hay algún problema, ¡decid! Ñe, es que la veo como muy pequeña...
¡Disculpadme otra vez por la tardanza! e_e Espero que no vuelva a suceder~



Los distintos olores se mezclaban en sus fosas nasales.
Tenía el sentido del olfato muy agudizado debido a que le habían vendado los ojos. Obviamente no querían que supiera el camino por el que lo conducían.
Olía a fresco, a vegetación, casi podía vislumbrar en su mente los árboles que los rodeaban. Un viento frío le acarició la piel de la cara y confirmó que seguían en el exterior.
Habían mantenido la caminata durante un buen rato, aunque fueron extrañamente amables y hasta le permitieron pararse a descansar de vez en cuando. Eso fue lo que más le sorprendió: el cordial trato que estaba recibiendo de parte de sus secuestradores. Por eso mismo, al verse seguro de peligro, actuó cauteloso, sin llamar la atención ni hacer intentos de rebelarse. Ya ejecutaría un plan de escape cuando no estuviera maniatado y ciego.
Lo poco que tenía era tiempo, tiempo para pensar. Le había estado rondando por la mente el por qué alguien que no tuviera relación con el Inframundo querría atraparlo, y desde luego, estos no eran demonios ni mucho menos. Durante su cautiverio había aprendido a analizar el comportamiento de los que estaban a su alrededor, bastante diferente al de los humanos. Todos los demonios que había conocido seguían unos patrones similares: tranquilos, fríos y directos. Aún así, había excepciones, y la más sorprendente fue la del Supremo y un híbrido de ojos azules y sonrisa traviesa. Ambos tenían afición por bromear y hacer extraños juegos, disfrutando de ver la reacción confusa de los demás. Norian, por supuesto, lo hacía menos a menudo y con claras intenciones de intimidar o desmolarizar a quien iba dirigida su burla. Kira, por el contrario, parecía gozar inocentemente, como un niño, a pesar de que a veces pudiera parecer incluso más frío que su hermano.
—No te pares—le ordenó una voz masculina, tirando de la cuerda que lo ataba a la silla de su caballo para que mantuviera el ritmo.
—Haz el favor de ser un poco más delicado, ¿quieres?—lo regañó otra voz que le resultó conocida.
Gales hizo caso y aumentó la velocidad de sus pasos, pero siguió meditando con tranquilidad.
La siguiente pregunta que llegó a su cabeza fue cómo sabían que era un Elementar. No había pisado el Submundo desde que era apenas un crío y tras su desaparición suponía que todos lo habrían dado por muerto. ¿Quién era aquella gente?
—Hemos llegado—anunció esa voz que le parecía tan familiar—Quitadle la venda, pero que siga atado, no vamos a arriesgarnos. Por aquí hay demasiada agua.
El joven sonrió interiormente. Habían sido advertidos, pero no lo suficiente. Ahora tendría una salida asegurada, aunque prefirió descubrir antes por qué lo quisieron traer allí y quiénes eran.
 Pronto tuvo la respuesta, cuando un hombre le quitó la venda de los ojos. Esperaba quedar cegado por la luz del sol, mas esos rayos nunca llegaron, pues ya había caído la noche. Las dos lunas, redondas como monedas alumbraban a las estrellas, impresionadas ante el fulgor de sus coloridas compañeras. Se hallaba en un claro del bosque, donde los nogales eran la mayoría de la población arbórea y gran parte de ellos sostenían cabañas de madera en sus copas, sin ramas, de donde salía la cálida luz anaranjada tan propia del fuego.
 En medio del claro, había carros, baúles, hogueras, armamento amontonado en pilas, redes de pesca, algunas pequeñas tiendas donde podrían dormir dos personas como máximo y una larga muralla hecha de troncos acabados en afiladas puntas y unidos por cuerdas que protegía el campamento del exterior.
Porque era eso lo que parecía: un campamento.
Se fijó especialmente en un riachuelo que atravesaba un lateral de la tierra, sin embargo, fingió no darse cuenta y rodó los ojos hasta sus captores. Los siete jinetes habían desmontado y sus caras se mostraban por fin. Seis de ellos eran hombres, hombres comunes, sin ningún rasgo que los destacara en especial, todos adultos que podrían fácilmente haber entrado en la cuarentena. La séptima era una muchacha bastante joven, con grandes ojos azules y el cabello oscuro cayéndole liso hasta los hombros. La reconoció de inmediato: era aquella criada que ayudaba a la dueña de la granja. La miró confuso, pero ella apartó la mirada, incómoda.
Con prisas, lo guiaron por entre toda la gente que los observaba con curiosidad, hacia una de las cabañas plantadas en el suelo.
 Gales devolvía las miradas e inspeccionaba a los habitantes de aquel extraño lugar.
 Gente de todas las edades, desde niños hasta ancianos y de ambos sexos, gente que bien podría pertenecer a cualquier pueblo cercano, con caras normales y ojos inocentes, aunque algunos más serios y hoscos que otros, como si hubieran visto muchos horrores en sus vidas.
—Esto nos traerá desgracias...—cuchicheó un hombre calvo, molesto.
—No más de las que ya tenemos—replicó otro, de una estatura mucho más elevada y de cabello rubio platino, el cual no le cubría del todo dos orejas puntiagudas que sobresalían de su cabeza—Volvamos al trabajo.
Gales estaba perplejo. Después de los problemas que tuvo que pasar para cruzar el Muro sin que lo vieran (aunque fue relativamente fácil encontrar el alcantarillado y camuflarse entre las aguas podridas de allá abajo) tenía claro que la gigantesca construcción seguía en pie, cumpliendo su labor y muy bien vigilada. ¿Qué hacía un ente allí, en Regardezt?
Con un crugido se abrió la puerta de la cabaña y lo metieron dentro. Lo obligaron a sentarse y frente a él se quedó de pie la chica que había visto en la granja. A Gales no le pareció especialmente malvada, así que se relajó. Los dos hombres que hacían guardia la miraron no muy complacidos, pero no dijeron nada. Ella, por el contrario, tomó la palabra.
—No estás entre enemigos, no tienes nada que temer—dijo, aunque su tono casi amenazador no resultó muy convincente.
Gales continuó callado, sin quitarle la vista de encima.
—Sabemos quién eres, Elementar del Agua. Te seguimos la pista desde que llegaste a tierra firme. ¿Sabes tú quiénes somos?
Lo incitaba a hablar haciéndole preguntas directas. El joven hombre no tenía ninguna expresión en el rostro, nada que delatara qué estaba pensando. Ignoró la pregunta. Demasiado tiempo viviendo entre criaturas infernales que no podían sentir más que indiferencia, había aprendido a controlar sus expresiones faciales tras varios años.
—Te he dicho que estás entre amigos, pero si no nos das respuestas, no puedo asegurarte que esos de allá atrás no se pongan algo agresivos—tanteó la chica, alzando las cejas esperando algún titubeo por su parte.
Gales empezaba a aburrise. Si lo quisieran matar, ya lo habrían hecho. No tenía miedo a los golpes ni a las torturas. Norian se había encargado de que ignorara el dolor practicando en él las dotes para causar un calvario en sus esbirros de vez en cuando. <<Esto te hará más fuerte. Nunca podrás compararte con un demonio, pero llegará un día en el que dejarás de sentir el dolor. Mas para que una herida cure...debe sangrar primero>>
Era una cruel mentira. El suplicio nunca cesaba. Porque Gales era humano y por mucho tiempo que hubiera pasado entre los hijos del Inframundo, seguiría siéndolo.
—Ya veo. Bien, si no quieres hablar con nosotros quizá estés menos reacio a hacerlo con un amigo tuyo—eso atrajo su atención y Anya lo notó—¿No sabes de quién hablo? No es tan difícil, dudo que tengas muchos amigos en el Submundo, así que ya es un mundo menos dónde pensar...
<<Kira>>
—Sabemos quién eres—repitió—y también a quién buscas. Te lo ponemos en bandeja: ella vendrá a ti. Si sigues con nosotros, claro.
Gales dudó. Podía estar diciendo la verdad...o podía estar mintiendo. No iba a poner en peligro a Scarlett ni a Kira preguntando por ellos como un mendigo por pan. El silencio era su único aliado.
De pronto, una figura masculina entró en la cabaña como un relámpago, seguida de una marabunta de gente que armaba un enorme jaleo tras él. Era un hombre de mediana edad, de rostro curtido y severo y piel morena como la tierra húmeda que destacaba sobre su cabello rubio. Muchas arrugas poblaban su frente ceñuda y las ojeras bajo sus pequeños y amables ojos indicaban que apenas habría dormido. Miró a Gales, luego a Anya y de nuevo a Gales. Se llevó la mano a la cabeza, exasperado y giró sobre sus talones para pegarles cuatro gritos a todos lo que lo seguían.
—¡LARGO DE AQUÍ AHORA MISMO, GRANUJAS! ¡Más vale que no os vea hasta la cena o os juro por los Dioses que...!
—¿Qué qué?—rió una personita del grupo. Gales no pudo evitar echar un vistazo. Eran niños, todos ellos—¡Siempre haces muchas amenazas y luego nunca las cumples! ¡Solo eres un viejo gruñón, Yven!
—No soy tan viejo—sentenció y tras echarle la lengua al crío en un gesto muy infantil que no cuadraba del todo con su apariencia, empujó sin miramientos a los dos guardias hacia fuera y cerró de un portazo. Volvió a girarse, hacia la muchacha esta vez—Y tú...
Anya se tensó y comenzó a hablar muy deprisa.
—Traje al Elementar, como nos ordenaste. Lo capturamos antes de lo que habías calculado, está en perfectas condiciones, ni un rasguño, y tampoco mi cuadrilla está herida. Ahora mismo lo estaba interrogando y a punto de descubrir...
Gales se sentía relajado. Todo el respeto que le pudiera imponer su captora se esfumó en cuanto vio que solo era una chiquilla asustada ante las posibles riñas de su superior.
—Disculpa la brusquedad con la que te trataron mis hombres, al fin y al cabo, los capitanea una niña.
—Ya tengo diecisiete años, casi dieciocho—se quejó Anya.
—Lo que yo decía: una niña. Anda, mejor será que te vayas de aquí por ahora, quiero hablar a solas con él—al ver que ni ella ni los guardias se marchaban, lo repitió—A solas.
Se marcharon. El extraño hombre lo desató y Gales pudo estirar las articulaciones.
Se puso en pie decidido a marcharse si no lo iban a retener por la fuerza.
—Vaya, qué prisas tienes. Vamos, vamos, siéntate por favor. Solo quiero tener una pequeña charla contigo, Elementar. ¿Puedo llamarte Gales? Supongo que es incómodo no saber con quién hablas. Soy Yven, líder a la cabeza de la Alianza y Unión Rebelde de Regardezt.
Todo encajó en la cabeza del joven. Kira hacía poco se había estado tratando con los rebeldes anti-monarquía, por eso lo conocían. Y el motivo por el que lo habrían secuestrado parecía bastante evidente: tener un poder como el suyo en sus filas sería una gran ventaja...
—En verdad, señor, sí tengo prisa. Excesiva. El tiempo es lo que menos me sobra, así que si me disculpáis...—hizo incapié en irse e Yven no mostró señas de detenerlo, solo volvió a hablar.
—Pierdes el tiempo yendo en la busca de Scarlett Chevalier, me temo. Ahora se encuentra en el castillo real de Regardezt, pero sus días allí están contados.
Ante semejante amenaza, Gales se giró sobre sus talones con ira contenida. Yven sonreía con calidez y tranquilidad.
—Pronto estará con nosotros, como tú. Y no será la única. Nuestro querido amigo Kira nos ha prometido traernos a ciertos...invitados de honor, cuando sea el momento propicio.
—No si yo hablo con ella antes—respondió Gales.
Yven se rió con compasión.
—Ay, mi pobre muchacho...¿y por qué confiaría ella en ti? ¡Eres un completo desconocido!—eso, aunque supiera que era verdad, lo hirió, o quizá solo profundizó una herida ya pasada—Te contaré, porque mereces saber qué sucederá. Pueden pasar dos cosas: la primera, que la encuentres antes. Entonces la Elementar del Fuego tendrá que elegir entre ir contigo, un extraño del que lo único que sabe es que procede del Inframundo y servía a Norian, o quedarse con Kira, el cual, créeme, se ha ganado cierto lugar en su corazón. La segunda opción es que llegues tarde y tengas que pelear por ella. Algo que sería tan heroico como estúpido. ¡Ah, sí! ¡Tus poderes! De los cuales no dudo, de verdad, pero tú solo contra toda la base rebelde y un medio demonio...Ugh, muchacho, te auguro un futuro negro.
El ánimo de Gales cayó por los suelos. Tenía razón. ¿Entonces cuáles eran sus opciones? ¿Rendirse ahora, después de tanto esfuerzo, de tanto sufrimiento?
—Yo no soy un rebelde, ni siquiera detesto a los reyes como vosotros. Y jamás utilizo mis poderes para atacar a menos que sea en defensa propia. De nada os serviría mi ayuda.—dijo, y fue sincero con sus palabras.

Yven dio palmas, complacido.
—¡Ya, ya! Eso lo sabemos. ¡Lo sabemos todo!
—¿Cuánto es todo?—preguntó Gales, desconfiado.

—Todo es todo. Sabemos que naciste siendo de alta cuna, un noble de sangre pura, educado para respetar y adorar a la realeza. Sabemos que esos pensamientos que te metieron a presión de pequeño no se eliminan tan fácilmente. Pero, muchacho, allá afuera hay más que palacios y tronos. Lejos, o cerca, según se mire, se alza un gran muro que divide el Submundo. ¿Y cuál es nuestro principal objetivo ahora?—hizo una pequeña pausa—¡Destruírlo!
Gales había quedado bastante impresionado con lo que se proponían. El Gran Muro no se llamaba así por casualidad. Había que tener en cuenta que dividía en toda su extensión los cuatro reinos.
—Bah, discúlpame, solo era una metáfora—Gales quedó más confundido aún que antes—El gran muro del que hablo no es una masa de roca y cemento. Actúa de la misma forma, pero es mucho peor.
—Creo que no os comprendo, señor.
Yven asintió, como si se esperara que no lo entendiese.
—Una nueva amenaza se cierne sobre nosotros. Hasta el momento solo había habido susurros, rumores entre las sombras, un temor silencioso a que el pasado nos atrapara. Y pronto lo hará. Un enemigo que tú conoces mejor que nadie está preparándose para acabar lo que empezó hace casi trescientos años.
Gales lo entendió todo de pronto. Se refería a Norian. Frunció el ceño y decidió seguir escuchando lo que aquel hombre tuviera que decir.
—Nadie se lo cree. O mejor dicho, no quieren creérselo. Sus Guardianes han vuelto con la alerta de que nuestro peor adversario sigue vivo y los monarcas se quedan sentados, engordando su incredulidad con orgullo y egoísmo, dividiendo cada vez más su propio mundo. ¿Cómo defenderán sus reinos si no ven la amenaza? Pronto tendrán el enemigo en sus puertas.
—¿Cómo sabéis todo esto?
—¿Debo recordarte que tenemos un amigo en común?—Gales negó, pensando en Kira—Nadie va a defender nuestro mundo por nosotros, muchacho. Y el tiempo de quedarse de brazos cruzados ha acabado. Si estás con nosotros, nunca te pediremos que ataques en contra de tu voluntad. Solo quiero protección para mis gentes. Dicen que el Agua es un elemento bondadoso y compasivo. ¿Es cierto?
Gales lo meditó. Hablaba con sinceridad, podía notarlo. Y volvía a tener razón. Su único deseo hasta el momento había sido encontrar a Scarlett, contarle la verdad y estar junto a ella de nuevo. ¿Y después? Norian atacaría el Submundo tarde o temprano.
—Aquí no hacemos distinciones. Todo aquel que quiera pelear por nuestra causa es bienvenido, sin importar su procedencia, raza, clase o género. Aún así tenemos muchos niños, ancianos y mujeres que no pueden o no saben luchar, a los cuáles debemos proteger. Es para esto que requiero tu ayuda.
Gales estaba a punto de aceptar y sellar el trato cuando se echó para atrás.
—Esperad. Hay alguien más a quien debo encontrar.
Yven arqueó las cejas.
—¿Quién?
—No sé su nombre. Es la hija del Oráculo de Trisania, y ha heredado los dones de la madre tras su muerte.
—¿Sabes algo más de ella? Te ayudaremos a encontrarla, tienes mi palabra.
—La Oráculo dijo...que cuando encontrara a Scarlett, la encontraría también a ella.
—Perfecto pues. Porque falta poco para que ambos os reunáis.




Anya paseaba nerviosa delante de la cabaña, dejando una distancia prudencial para no invadir la privacidad de la conversación. Si no estuviera tan metida en sus pensamientos, se habría dado cuenta de que un joven se acercaba a ella por detrás.
Algo la sorprendió antes: alguien, sentado encima de un árbol, que observaba el campamento en completa quietud. La reconoció.
Justo cuando dio un paso oyó una risa venir de sus espaldas. Se giró y vio a Jens, un chico de su edad, con el cabello perfectamente peinado (puesto que era algo vanidoso), rubio ceniza y unos enormes y alegres ojos castaños mirándola detenidamente.
—¡Hola!—saludó con energía.
Dado que la rebelde estaba a punto de entrar en pánico por lo que acababa de ver hacía unos segundos, intentó deshacerse de su amigo lo más rápido posible.
—¿Sabes? Quería preguntarle algo...algo importante...
—¡Lo siento, Jens, no tengo tiempo! ¡Nos vemos luego!
Anya salió corriendo sin darle tiempo a seguir hablando. Mientras se alejaba creyó oír un murmullo enfadado <<Para mí nunca tienes tiempo...>> y al instante se sintió culpable.
Avistó de nuevo la figura: seguía sentada en las alturas, sin pestañear, sonriendo. Cruzó las murallas y les dijo a los guardas que iba a hacer una ronda cerca y que volvería pronto. Cuando se aseguró de que ya no la veían, se escabulló hasta el árbol y miró hacia arriba, a las ramas, pero ya no había nadie.
—Tienes buena vista si me has reconocido desde tan lejos—ronroneó una voz en su nuca.
Anya contuvo un grito que amenazaba con salir y encaró a la mujer. Tuvo que levantar el cuello para mirarla. Era raro verla a plena luz del día, raro y siniestro.
—Señora...¿qué hacéis aquí? Podrían veros.
La mujer de las sombras rodó los ojos.
—Tengo muchas formas de no ser vista si lo deseo, mi querida niña—Anya se estremeció cuando clavó en ella su mirada—Mas dejemos de hablar de mí. Vengo por ti. A felicitarte.
Anya no estaba segura de que aquello fueran buenas noticias.
—¿No te alegras? ¡Has hecho un muy buen trabajo! Conseguiste traer al Elementar a los rebeldes, estoy complacida con eso. Y Kira se llevará el mérito de la idea, bien, bien.
La muchacha esperó. Casi nunca comprendía como funcionaba la mente de esa mujer, si se le podía llamar así. Ella simplemente obedecía, pero muchas veces le daba órdenes que no tenían sentido o que se contradecían con cosas que había ordenado antes. Quería que Kira se llevara los méritos de conseguir al Elementar del Agua para la Alianza, pero al mismo tiempo quiso que Gales y Scarlett desconfiaran de él. ¿Por qué?
—Voy a liberarte.
Anya creyó haber oído mal.
—¿Perdonad, qué...?
—Has oído bien. Tu cometido ha terminado, estoy satisfecha y ya no me eres de más utilidad. Al fin y al cabo, eres humana—suspiró la mujer de las sombras, como aflijida.
—Pero...mi hermano...
—Oh, de veras te preocupas por él, ¿eh? ¡Qué ternura! Me conmueves el corazón, de veras—no se oía ironía en sus palabras, pero Anya dudaba que incluso tuviera corazón—También liberaré a tu hermano. Y, para demostrarte cuán generosa soy, aún te ofrezo un último regalo más. Librarte de toda esa culpabilidad sobre tu conciencia. ¡Puf, te sentirás una santa, te lo aseguro!
Anya se mordió el labio inferior, confusa y emocionada a partes iguales.
—¿Y cómo podría conseguir eso?
—¡Fácil, cielo! Yo chasqueo los dedos, digo unas palabritas y ¡tachán!, tus recuerdos sobre mí, todos y cada uno de ellos, serán borrados de tu memoria—al ver la cara nada segura de la joven, rió, con esa risa tan característica suya, mezcla del ronroneo de un gato y el silbido de una serpiente, y aún así, hermosa al oído—Solo mis recuerdos. No temas por el resto de tus memorias. ¿Qué me dices? ¿Tenemos un trato?
Extendió una mano de dedos y uñas largas.
Anya la cogió.
—Por cierto, me pregunto cómo va a encontrar tu hermano el camino de vuelta a casa si tú no recuerdas nada y él no sabe dónde está...¡vaya!
Anya quiso apartar la mano, demasiado tarde.
Al instante las venas de su brazo se remarcaron, pues donde antes había sangre ahora parecía que un líquido negro ascendía hacia su cuello. Eso la asustó, pero cuando el líquido llegó a su cerebro, todo se volvió blanco y una sensación de paz la invadió por completo.

Minutos más tarde, despertó y volvió al campamento con un terrible dolor de cabeza. Jens la esperaba allí y el chico no pudo estar más feliz de ver que la joven estaba de un humor excelente y con ganas de oír lo que fuera que quería decirle. No obstante, afuera, tras las murallas de madera, una criatura de ojos audaces seguía observándolo todo entre la espesura de los árboles, sonriendo.
—Sois cruel, mi señora—dijo con sorna una segunda voz.
—No le iba a servir todo en bandeja, ¡qué aburrido! Los humanos son tan melodramáticos...—suspiró— Bueno, chiquilla, creo que pronto podrás empezar a trabajar. Te he tenido conmigo en las sombras demasiado, seguro que quieres entrar en acción.
—Cuando ordenéis.
Súbitamente, un temblor agitó la tierra y justo después, un trueno se oyó como un rugido en el cielo, un cielo celeste y despejado.
—¿Está empezando?—preguntó la subordinada.
—Oh, sí. Él siempre fue muy melodramático también. Querrá dar un espectáculo antes de hacer su aparición.




                                                                                     ***


Abrió los ojos de golpe, de par en par. Estaba sudando por cada uno de los poros de su cuerpo y el vestido dorado con el que se había quedado dormida se le pegaba a la piel. Se incorporó en la cama, aún aconcojada. Ya no recordaba una noche en la que no tuviera pesadillas. Esa última en concreto había resultado especialmente sangrienta: una carnicería y el asesino, cubierto de sangre, huyendo entre unos matorrales. Nada concreto, todo muy confuso y borroso.
Salió de la cama y vio su reflejo en el espejo. Estaba hecha un desastre.
—¡Agh, por la Madre Creadora!—escupió alporizada, corriendo a acicalarse.
En medio de sus carreras para cambiarse de ropa y peinarse, se percató de que su compañera no estaba en la habitación. Un dolor agudo le recorrió el estómago. Se sentía mal por haberle gritado a Scarlett, nunca antes se habían peleado.
 La noche anterior apenas la había dejado excusarse.
 Era uno de sus pocos días libres, así que salió de la habitación y cerró con llave. Ahí fue cuando se dio cuenta. ¿Dónde habría dormido Scarlett? ¿Y si había tocado en la puerta para entrar y ella ya estaba dormida? Emitió un gruñido de preocupación y se apresuró en su busca. ¿Y si la había dejado toda la noche a la intemperie?
 Estuvo a punto de bajar las escaleras y dirigirse al cuarto de Kira, junto al servicio, pero pronto se quitó esa idea de la cabeza. Siguiendo una corazonada, cambió la dirección y fue hacia el de Chelsea, pero al llegar a la puerta de tablas moradas, se quedó inmóvil en el sitio. Levantó una mano para llamar, no obstante, la puerta se abrió antes de que pudiera hacerlo.
Chelsea se quedó mirándola durante un segundo interminable, hasta que decidió hacerse a un lado y dejarle pasar.
María cruzó el umbral y se topó de frente con una personita muy concentrada haciendo la cama y silbando por lo bajo una melodía como para notar su presencia. Tosió.
De inmediato Scarlett apartó la vista de las sábanas. Dejó de silbar y levantó las cejas con un gesto algo temeroso, como si esperase una reprimenda.
María se horrorizó. Esa es una cara que nunca le pondría a ella, era una expresión perfecta para hablar con Julian DuFrain, ¡no con ella! Con los ojos húmedos por haber espantado a su amiga la noche anterior, corrió sin decir una palabra y la abrazó con tanta fuerza que ambas acabaron tiradas en la cama.
 Scarlett se dejó abrazar y María no dijo ni una palabra hasta que oyó a la otra reírse.
—¿Ahora me vas a dejar que te explique todo?—preguntó la pelirroja.
—¡Sí!
Estuvieron hablando largo y tendido durante casi una hora. María hizo un gran esfuerzo  para no interrumpir y al fin, Scarlett pudo aclarar el asunto.
—...su interés no va más allá de que soy una Elementar, así que puedes estar tranquila. Todo tuyo—acabó, aunque parecía tener una duda—A todo esto...a pesar de que sea de la realeza y de que deba poseer un atractivo que yo no veo...¿hay un motivo especial por el cual te guste tanto?
La pregunta la pilló desprevenida.
Suspiró y luego llevó a sus labios una sonrisa triste:
—Es mi última oportunidad.


                                                                          ***


La balaustrada de la entrada del castillo había resultado ser un asiento increíblemente cómodo y no podría encontrarse un mejor respaldo que las columnas pegadas a ella. El sol de la mañana primaveral centelleaba con suavidad sobre un montón de libros colocados cuidadosamente unos encima de otros. Una mano cogió el de la parte superior y lo abrió por las primeras páginas.
Casas y Guardianes” rezaba el título, grabado en grandes letras enrevesadas.
Había decido tomar un descanso en la búsqueda de los demonios y centrarse en lo que le era más cercano: las pruebas. Aún quedaban dos, y por un día que no tenían entrenamiento, podía aprovechar para documentarse.
Saltó las páginas dedicadas a la Casa Gris y se sumergió en la lectura de la Casa Esmeralda, en Arkiria. Julian se sorprendió al encontrar que Selendre Chevalier había sido capitana en sus años de servicio. Aparecía un retrato en miniatura de ella; de vivaces ojos verdes, con el rostro cubierto de casi invisibles pecas y el cabello anaranjado, como si las llamas lo lamieran. Se parecía muchísimo a su nieta, solo que cargaba con más años, que se notaban en su mirada dura y sus arrugas. Era hermosa, a su manera.
Solo el ruido de unas grotescas carcajadas pudo devolverlo a la realidad, pues se había quedado estancado en la misma página durante varios minutos. Alzó la cabeza y vislumbró a Strone Walter, el hijo del general y a tres muchachos que iban con él, de los cuales solo reconoció al hijo de los duques de Andurias. A decir verdad nunca prestaba atención a los demás postulantes a Guardián a menos que tuviera que pelear contra ellos.
Se sintió tentado de mandar una ráfaga de aire gélido hacia Walter hijo y congelarlo en el sitio, ya que todavía le guardaba rencor por cómo hirió a Scarlett en la primera prueba. Así que hizo ademán de erguirse, no obstante, al final recapacitó y se sentó de nuevo. No sería una idea sensata armar un altercado sin motivo aparante cuando los jueces podrían estar rondando por allí.
Escuchó su conversación a grandes voces prestando más atención de la que estaría dispuesto a admitir. En el fondo esperaba oír algo sobre Scarlett, pero no mencionaron ni una palabra. La charla se basó en prostitutas y sus planes futuros, nada de interés.
Julian estaba a punto de volver a centrarse en sus libros cuando creyó escuchar el apellido Geneviev. De inmediato, se tensó y agudizó el oído.
—¡Comprados, todos comprados!—gritaba Strone—Y que no os extrañe si la rubita gana las pruebas...es la niña de papá de Laplass Geneviev al fin y al cabo. ¿Y el bibliotecario? ¡Lleva años con esa familia del demonio por interés! ¿Sabéis quién es el más honorable y honesto de todos los Geneviev?
—¿Quién?
—¡Nadie! ¡No hay ni uno solo! 
Julian no podía estar más en desacuerdo. Porque él había conocido a dos personas que eran tan honorables como honestas en el seno de esa familia. 
Sabiendo que entraría en un ataque de furia como siguiera escuchando, creyó más inteligente concentrarse en recordar aquellos con los que "solo estaba por interés".


Había una pequeña zapatería incrustada entre una panadería y una casa medio abandonada. Era un barrio pobre, pero no destrozado por la criminalidad como la mayoría de los otros.
Allí vivía buena gente, humilde y trabajadora. Estaban bastante cerca de Athoras, la ciudad, por lo que aún podían comerciar con lo poco que tenían o, en un caso extremo, mudarse para buscar trabajo.
La zapatería tenía un cartel que presentaba el lugar con unas elegantes letras negras que no cuadraban con el sitio. Podía leerse el apellido de los dueños: DuFrain.
Hacía poco había anochecido, las estrellas brillaban débilmente, esperando que la oscuridad absorbiera todo el cielo y pudiera ser protagonistas.
Un niño pequeño las observaba por un viejo catalejo oxidado con los ojos brillantes de la emoción. De pronto, la puerta de la zapatería se cerró y el niño se dio la vuelta.
Sonrió y dejó el catalejo sobre el alfeizar de la ventana. Corrió hacia la persona que acababa de entrar y se colgó de su cuello.
—¡Papá!—susurró aliviado.
El padre del pequeño no sonreía, mas se esforzó en levantar las comisuras de sus labios cuando su hijo lo miró. Abrió la boca para darle las malas noticias, las que siempre le daba cuando volvía, pero al ver aquellos ojos marrones mirándolo con esperanzas, se echó hacia atrás.
—Estoy...—hizo una pausa—estoy seguro de que la próxima vez la encontraré. Quizá...quizá me tenga que ir durante tiempo, Julian.
La siguiente mirada que recibió le dejó claro que el niño no entendía a qué se refería.
—Vas a quedarte con tus tíos por ahora, ¿de acuerdo?
Tampoco era como si pudiera negarse. Asintió muy lentamente, como si al darle el tiempo suficiente, se arrepentiría. Pero no lo hizo. El hombre llevó al chiquillo hasta su cama, lo arropó y le dio un beso en la frente.

A la mañana siguiente, cuando se despertó, estaba solo en casa. El letrero de cerrado estaba puesto; no habría clientes ese día.
 Sin embargo, por la tarde llegaron un hombre y una mujer de ropas rotas y deslucidas, con los rostros decrépitos de quien sabe lo que es pasar hambre.
Julian los esperaba, con una diminuta bolsa con sus pertenencias y algo de miedo por el futuro incierto que le aguardaba.

Pasaron los días, luego las semanas. Pronto se acostumbró a su nueva vivienda, todo era parecido, ni siquiera se habían marchado del barrio. Lo único diferente era que su padre no estaba.
Un día, sus tíos lo vieron moviendo cosas sin tocarlas. Y columpiándose sin hacer impulso. Y enfriando la sopa sin soplar.
Julian no comprendía por qué parecían tan sorprendidos, su padre nunca lo estuvo.

Poco tiempo después, un lujoso carruaje paró enfrente de su casa. Nadie bajó de su interior, solo el cochero se aventuró dentro y señaló al muchacho. Sus tíos le ordenaron que fuera a su habitación mientras ellos hablaban con él.
Cuando la charla acabó, el cochero abrió la puerta de su cuarto y le dijo educadamente que recogiera sus cosas, pues debían irse.
Preguntó a dónde.
—El señor Geneviev os espera fuera. ¿Conocéis a la familia Geneviev?
—¿Los Guardianes?—preguntó Julian sorprendido y algo intimidado por el tono tan cordial que empleaba el hombre.
El cochero asintió.
—¡Lo siento!—exclamó—No puedo ir, tengo que esperar a mi padre...y a mi madre.
—Estamos enterados, no debéis preocuparos. ¿Acaso tiene importancia si esperáis el regreso de vuestros padres aquí o en otro lugar?—eso lo convenció un poco—Vuestros tíos saben a dónde vais, y cuando vuelva vuestro padre, se lo dirán. Mis señores tienen mucho que contaros.
Julian intuía de qué querían hablar. Aceptó la mano que le tendía y ambos salieron de la casa, tras despedirse de sus tíos. Lo miraban orgullosos, como si hubiera conseguido una gran hazaña.
 Al entrar al carruaje, un hombre de alta estatura se hizo a un lado para dejarle un sitio junto a él. Julian se sentó tímidamente sin decir palabra.
Sin embargo, el líder de los Geneviev parecía ser un gran conversador.
Durante el trayecto, se mantuvo todo el tiempo hablando con el niño, explicándole a dónde iban, con quién y por qué, mientras que Julian escuchaba atento asintiendo de vez en cuando.
Como ya le habían dicho, se dirigían a la mansión de una de las familias fundadoras de la Guardia. Estaba muy lejos de su hogar de origen, incluso tendrían que cruzar el Muro, del pequeño reino humano Narendil, hasta Ozirian, infestado de entes.
Los entes preocupaban a Julian. Había oído las historias, esas que nunca le dejaban dormir después de escucharlas, y si tenía algo claro, era que no eran criaturas buenas para nada.
Pero al fin y al cabo, iba a estar con unos de los mejores Guardianes del Submundo, así que no tendría nada que temer.
—...y está también mi sobrino Mark. Un chico prometedor—dijo el señor Geneviev con un deje de orgullo—Debe tener tu edad, quizá unos años más. ¡Oh, vaya, disculpa! Aún no te he dicho mi nombre, soy Laplass. Puedes tutearme, muchacho.
Quién sabe cuánto camino llevarían recorrido, pues aunque Julian había dejado de prestar atención hacía ya rato para fijarse en el paisaje, estaba totalmente desorientado.
Hasta que lo vio. El Muro. Era la primera vez que lo veía.
 Y siempre había pensado que cuando eso sucediera, se sentiría protegido o quizá impresionado. Pero no sintió nada.
Pues era una estructura de piedra gris, fría y extraña, como si hubiera sido construida aprisa sin tiempo para detalles. Recordó lo que venía en sus libros: se construyó justo después de la Guerra entre Mundos, así que tenía sentido que no se hubiesen demorado en exceso. Había que aprovecharse de que los entes estaban débiles y eran pocos.
Aproximadamente una hora después, el sentimiento de indiferencia de Julian se convirtió en exasperación. Eran los únicos que querían cruzar por aquella entrada y aún así, no los dejaban pasar. El señor Laplass estuvo, lo que a ojos de Julian fueron años, dentro del Muro, y cuando salió, se le veía cabreado. Comentó algo de acampar allí esa noche.
A la mañana siguiente, consiguieron retomar su camino y pasar la enorme muralla.
—¿Sabes lo que es un Elementar, chico?—preguntó el señor Laplass tras zamparse otra pata de pollo.
—Un humano al que un Dios cede una mínima parte de su poder, permitiéndole controlar su elemento natural—contestó Julian automáticamente. Lo habría leído cien veces, cien definiciones diferentes que su padre insistía en que debía entender. Si los Geneviev esperaban sorprenderlo hablándole sobre su naturaleza, iban a fallar—En otras palabras; yo.
Laplace sonrió y le dio un manotazo que pretendía ser cariñoso en la espalda, pero que casi lo deja sin respiración.
—¡Vaya, chico! ¿Por eso accediste tan rápido a venir con nosotros?
—Mi padre me lo explicó. Me dijo que algún día tendría que cumplir con un deber que los Dioses me habían encomendado y que seguramente ese deber me llevaría lejos de mi hogar y mi familia—al ver la mirada lastimosa que le dirigía Laplass, le sonrió con amabilidad—No me molesta. Sabía que pasaría desde hace tiempo, solo me preguntaba cuándo.
Gran parte del camino lo hicieron en silencio o dormidos.
 Hacían pocas paradas, solo las estrictamente necesarias, pero daba igual. Según se iban acercando a su destino, más nervioso estaba Julian, y los nervios llevaban a la impaciencia.
No tenía ni una mínima idea de qué se iba a encontrar. Se había estado imaginando una casa grande, con muchos criados y una fuente que en vez de agua tenía oro.
Quería ver todas aquellas maravillas soñadas, todos los lujos que provenían de la riqueza. Y también tenía miedo. Miedo de no ser aceptado, de no ser lo bastante bueno, de que le dijeran que debía volver y no regresar jamás al reino. ¿Y si no era lo que todos esperaban de un Elementar? Apenas sabía unos cuantos trucos... ¿Y si consideraban que alguien de tan baja alcurnia como él no podía pisar el suelo de alguien noble? Porque nunca había siquiera visto a un noble antes. Y no sabía como comportarse. Y haría el ridículo. Y se reirían de él.
De pronto cayó en la cuenta de que el carruaje se había detenido.
El señor Laplass salió el primero estirando los brazos exageradamente y riendo.
Quieto como una estatua, vio como el cochero le abría la puerta para que saliera él también.
Esperando encontrar un jardín con una banda de violines tocando, lleno de nobles vestidos con caras túnicas y un montón de sirvientes yendo en completo silencio a servir el té a sus amos...

...no pudo menos que sorprenderse cuando lo primero que vio fue a un niño y una niña combatiendo ferozmente entre ellos. Con espadas. Y no de juguete. 

18 comentarios:

  1. Me encanta como escribes, la espera ha merecido la pena. Pero tengo una pequeña pega, no se si por la hora que esm pero tras llevar un rato leyendo en cursiva, veia algo borrosas las letras (lo mas probable es que sea el sueño)
    Menos mal que Maria ha entendido su error con Scarlett mas ya tengo ganas de saber a que se refiere con ultima oportunidad, espero que no sea porque en el submundo haya matrimonios concertados.
    Lo de Gales tambien me ha encantado, para no variar :) ,parecia sacado de una pelicula o serie
    Y lo del pasado, fascinante!! No me imaginaba ese origen, la verdad, pero me ha gustado
    Esperare con ganas la siguiente parte. Besitos!!!

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    1. Agghh~ yo no me mareé porque la leí en el portatil y se ve como diferente, pero ahora en el ordenador normal sí que marea. Qué faena. ¡Gracias por el aviso!
      Gales con los mafiosos de la rebelión XDDDD
      Es que la primera impresión es ver a July un tío listo, con mala leche y rodeado de Guardianes y dices: este rico fijo. Ah~ el pasado, qué cosas tiene *A*
      ¡Besitos para ti, Silvia!♥

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  2. Tienes razón con la letra, es un poco pequeña. Pero bueno se puede leer. Me ha encantado el capitulo, Gales fantástico :)
    Suerte que Maria ha recapacitado y se ha perdonado. Y Julian, me encanta, hasta de niño lo sabía todo jajajaja
    Besos, Rea^^

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    1. SHIT SHIT SHIT SHIT. Odio Blogger. (Lo amo) Si le pongo letra normal, me sale esta cosa salida del infierno que es enana. Si le doy a grande, sale gigante. Intentaré hacer algo para arreglarlo, cambiar la letra o algo, a ver si puedo. Gracias por avisar <3

      Lo de María es un alivio, sí jeje~ Ese pequeño sabelotodo*-*
      ¡Un besazo Rea!

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  3. El capitulo es genial, me encanta! Lo que ha dicho Maria me ha dejado con la intriga. Me encanta Julian, aunque creo que prefiero a Kira...
    Esta es la primera vez que comento, pero me leí tus dos blogs hace ya untiempo, aunqueno me animara a comentar. Tu bloges maravilloso y megusta mucho.
    Espero que puedas colgar capitulo pronto
    Un besoenorme

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    1. Hola Beid, bienvenida por aquí y gracias por animarte a comentar~
      Es que me encanta dejar con la intriga, soy una indecente e_e
      Ohh~ a ver al final de este libro con cuál te quedas :3
      Cuando acabe los exámenes me pondré a escribir la segunda parte!
      Un besazo <3

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  4. me ha encantando cada una de los trozos de esta primera parte del capítulo..
    como que su ultima oportunidad? que ganas de saber que pasa.. Me ha gustado saber la pequeña historia de Julian..

    Yo también prefiero los gifs, pero por experiencia propia se que a veces es complicado encontrar el adecuado.. jaja

    que vayan bien los examenes y espero seguir leyéndote ^^

    un besoo

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    1. Ahh habrá que esperar hasta el capítulo 17 para saberlo. Lamentablemente, en la segunda parte aún no se sabe lo de María D8

      ¡VIVA LOS GIFS! Yo es que me vicio jajaja, pues nada, decidido que intentaré poner de ahora en adelante gifs.
      Muchas gracias hermosa, un besazo<3

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  5. ¿Te acuerdas de mí? Soy la que se leyó el primer libro de esta saga en menos de una semana y te lo reseño. Estoy deseando ponerme con este que lo más seguro dentro de poco. Pasaba por aquí a darte la noticia que te he premiado con el premio Dardos por tu maravillosa saga.
    Y también a comentarte que existe un certamen de novela que puede interesarte en plataformaneo.com creo que esa es la dirección si no lo es sólo tienes que poner plataforma neo en el buscador.
    Un beso y sigue escribiendo ;)

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    1. ¿¡Cómo me iba a olvidar de ti, María!? D:
      Esa reseña fue increíble, para olvidarla. La primera y última<3
      Ah~ espero enterarme cuándo lo empieces, pero sin prisas, seguro que tienes toneladas de libros esperando:O
      FNSKJDNGKJDNJGKDF Ya vi, ya vi y te comenté. Ah~ pondré el premio ahora mismo, aunque me temo que no sigo *de verdad* 15 blogs, aunque intentaré poner los máximos que pueda, solete~

      Wooow, gracias por la información!
      Un besazo<3

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  6. Hola *llama a la puerta* ¿Se puede pasar?
    Gamba Girl ha regresado después de muuuuuuuchos meses jeje siento la tardanza pero para mi desgracia este año ha sido terriblemente largo y había pocas cosas que me consolaran como cuando acabara; ponerme al día con todos los capítulos que me faltaran y en menos de una mañana lo he logrado! ;)
    Aish que ganas tenia de leer de nuevo cositas acerca de Sacrlett, Julian y Kira (el momento en el que ha quemado la nota con sus llamas azules creo que me he desmayado un poquito de emoción; xq no se deberá el color a Blue Exorcist? jeje a mi me gustaría pensar que si y así aun me gustaría mas Kira; en el caso de ser eso posible ./////.)
    Todas estas intrigas palaciegas me van a tener en un sinvivir, diosss como me encanta todo de verdad. Scarlett es tan adorable ~~ <33
    La idea de los gifs me ha parecido realmente buena *-* si ya me gustaban las imágenes que escogías antes para ilustrar los capítulos, esto sera aun mejor jdfjslsdf <---idioma fangirl XD
    Bueno amore, ha sido un placer leerte de nuevo :3
    Tuya en el fanatismo, gamba-girl n//n

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    1. Gaaaaaaaaaaaaaambaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa♥ Dios, pensé que te habían secuestrado y encerrado en una mazmorra sin Wifi T^T
      Ah~ te pusiste al día, eso me hacen tan feliz. Pues pues me encantaría responderte, si me dices qué es Blue Exorcist XD
      GIFS GIFS GIFS, ESTÁ DECIDIDO. Y sabes que hablas con otra fangirl, no tienes que explicarme el idioma, yo tengo cuatro masters en él ajajjajaja <3
      Gracias por seguir por aquí pequeña gambita, espero tener pronto la segunda parte y no dejarte esperando
      Un besazo*-*<3

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    2. >//////< eres tan mooonaa.
      Me encanta haberme puesto al día pero este año ha sido duro y volver a ponerme al día es genial n.n
      Busca Rin Okumura y sabrás que es...es genial .////.
      Yo puedo esperar lo que haga falta por capitulazos como los que escribes ;)
      Un besito gambuno

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  7. Como dije antes, terminé de leer a Gales y Julian. Buen flash con los cambios no me esperaba que fuera de origen tan humilde pero me ha parecido muy bien estructurado. Y te dije anteriormente, saca a Chelsea que hace tiempo que no la veo y lo haces pero no dice ni mú XDDDDDDD. Espero que la pobre diga algo más en la segunda parte del capítulo.

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    1. ¡¡¡Chelsea!!! Lo sé, la tengo confinada en una torre parece, la pobre. Es una pena, porque da mucho de sí, pero en estos momentos de la trama no es el momento de que salga...aunque para darte una pequeña alegría te digo que dentro de poquitos capítulos (¡¡y poquitos son POQUITOS DE VERDAD!!) Chelsea ganará protagonismo y la verás en acción.

      Me siento muy halagada por lo de la parte de Julian*-* Gracias Arturo, siempre me encantan tus comentarios<3

      Un beso!

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  8. Aún tienes que mejorar mucho...al menos mantienes la intriga, espero que no dejes ningún cabo suelto sin resolver o estaré muy decepcionado.
    Me sorprende que tengas esta cantidad de comentarios. Y me refiero a que me parecen pocos, no muchos. He visto bastantes blogs con novelas cuyos escritores jamás responden ningún comentario y tienen decenas y decenas de ellos. En este, por ejemplo, tú apenas tienes 8, ya que tus respuestas no cuentan. Y no esperes que yo vuelva a comentar por aquí...no soy de los que comentan, solo quería hacerte ver que te leo.
    Estoy indignado por el poco protagonismo que tienen Chelsea y Daranir, cuando son de los personajes más interesantes. Aunque he de admitir que exploras muy a fondo a todos tus personajes principales, así que no me quejaré mucho, no hay tiempo para todo.
    Me gustaría que describieras más, los lugares en especial. Soy de los que les gustan las descripciones largas y detalladas.
    Supongo que ahora es el turno de descubrir más sobre Julian y María, cosa que me parece bien, pero espero que pronto llegue el turno de Kira. No sé sabe casi nada de él. Y no voy a decir nada aún, porque tengo la sensación de que será durante este libro y el siguiente, pero los personajes aún tienen que evolucionar. O eso espero.

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    1. Estoy de acuerdo u_u Pues si todo va bien, al final del tercer libro no quedará ningún misterio sin resolver.
      A mí no me parecen pocos ocho comentarios^^ Si los cuentas como eso, puede que sí, pero si los cuentas como personas que han leído el capítulo y les interesa tanto la historia que quieren dejarme su opinión y hacerme ver que están ahí, leyendo...si he conseguido que ocho personas estén entretenidas y a gusto leyéndome, creo que ya es un gran logro jeje~
      Tranquilo, obviamente tienes libertad de comentar o no!
      A mí también me gustaría meterlos más en la historia, pero como has dicho, no puedo con todos T_T Aunque tendrán más protagonismo y voy a meterme en su relación y creearles sus tramas individuales (sobre todo Dáranir) son más secundarios que Scarlett, o Julian, o Larissa...
      Ayy, pues me temo que tendremos un problema u_u Es que en mi estilo de escribir no entran las descripciones largas y detalladas, me gusta dejar algunas cosas para la imaginación del lector. Digamos que yo pongo el patrón y dejo que ellos inventen el resto, cada uno a su medida. Aunque si a mucha gente le molesta, puedo intentar describir más.
      Síp, ahora es su turno^^ En este libro se descubre un montón sobre Kira, y me refiero a UN MONTÓN. Si es verdad que a penas lo conocemos, sobre su pasado o sobre él mismo...pero eso cambiará.
      La evolución llegará, pero poco a poco~ Aunque si te refieres a cambios radicales de personalidad, solo habrá uno. Hay algunos personajes que cambiarán mucho durante este libro y el siguiente, pero seguirán siendo ellos. Espero que te guste como lo manejaré jeje (:
      ¡Un beso!

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  9. WOW... cuando Gales dijo eso de los 7 jinetes pensé "ya está, ya lo encontraron y lo llevarán de nuevo al inframundo!!
    Fff y qué pasa con Anya??? es que no entiendo esa parte.
    July... ains por fin conocemos algo más de su vida XD
    me encantó el capítulo, no me esperaba lo que contó de Gales... quiero que por fin se encuentren Gales y Scarlett para saber lo que él le tiene que contar ;)

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